20 octubre 2013

Feliz día mamá

El 20 de agosto se cumplieron 11 años sin mamá. Si bien con 16 años me sentía grande, ahora con 27 siento que era bastante chico. El tiempo pasa rápido y para cuando tenga 32 voy a haber vivido más de la mitad de mi vida sin ella.

Mamá era una clasemediera que casi se recibió de arquitecta, pero dejó la universidad para trabajar; dejó de trabajar para nosotros, para mi hermano y para mí. Era medio hippie o al menos así me la describe una amiga. Hacía yoga, tai chi chuan; pintaba y también hacía las tortas de todos nuestros cumpleaños. A veces vestía ropa onda oriental. Cuando uso mis pantalones y cosas bolivianas, la amiga de mi mamá dice que le hago acordar a ella y eso me pone contento.

No sé cómo era mamá de joven, pero papá me dijo que un día la habían corrido los milicos cuando estaba en la Universidad. Mamá era buena y, a raíz de eso, me construí la imagen de que en los tiempos de juventud soñaba con un mundo mejor y luchaba, como podía, por ello. De algún modo, a mi modo, intento hacer lo mismo. Creo que estaría muy orgullosa viéndome de profe y si estuviera me encantaría invitarla a una de mis clases.

Por esas cosas de la vida mamá no vivió ninguno de mis logros, o de los que considero logros. O sea, estuvo... pero no estuvo. Sin embargo, en todos ellos me acordé de ella. Podría decir que la mayoría de las cosas que hago, las hago para que ella esté orgullosa. Y cuando hago algo que no está bien, y sé que no está bien, pienso que desde algún lugar me lo está reprochando.

Yo no sé si vale la pena escribir esto un día de la madre. No sé si vale la pena "dar lástima". Pero sí me parece que vale la pena decirles que disfruten a sus mamás, que disfruten la vida. Nadie tiene la vida comprada, nadie sabe qué puede pasar mañana.

Disfruten a sus mamás. Hagan felices a sus viejos. Nos dieron la vida y está bueno luchar día a día para que estén orgullosos de nosotros.

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