31 marzo 2015

“Es difícil cuando los chicos se van a estudiar a la ciudad”

Sabina Duarte nació hace 40 años en la comunidad guaraní de Tamandua y vivió los principales cambios: desde la llegada del agua y la luz, hasta las nuevas tecnologías. Es Promotora de Salud, tiene siete hijos y aún hace las artesanías que le enseñó la mamá. Se queja de que los chicos ya no quieren trabajar como antes y cuenta que sufre cuando se van a estudiar la escuela secundaria a la ciudad.

"Aprendí a hacer artesanías viendo y ayudando a mi mamá. Ella hacía para vender. Sé hacer canastos, pulseras, anillos y collares."

Diarios de un Principito: ¿Cambió mucho Tamandua?
Sabina Duarte: Bastante. Cuando yo era chica todas las familias trabajaban la tierra. Eso cambió mucho. Ahora hay mucha ayuda económica del Gobierno. Con ese poquito que dan parece que está bien. Eso por un lado es lindo, pero por el otro no porque parece que la gente ya no quiere trabajar. Eso me preocupa un poco. Porque a mí me gustaría enseñar a hacer artesanías y los chicos no se interesan.

DP: ¿Cómo aprendió?
SD: Viendo y ayudando a mi mamá. Ella hacía para vender. Sé hacer canastos, pulseras, anillos y collares. Y también forro termos y mates.

DP: ¿Cuesta mantener la identidad guaraní con la televisión e internet?
SD: Se mantiene igual. Eso nunca se va a perder. Los chicos aprenden a hablar en guaraní.

DP: ¿Cómo aprendió español?
SD: Cuando fui a la escuela. En esa época ni televisión teníamos.

DP: Siendo madre de siete hijos, ¿cómo es la crianza de los chicos en la comunidad?
SD: Es difícil cuando se van a estudiar a la ciudad. Me costó mucho cuando se fueron por primera vez. Yo nunca pensé que tenía que ser así, pero no hay otra. Quedándose en la comunidad no van a aprender porque no hay colegio. Tienen que ir nomás.

DP: ¿Qué piensa del uso de la tecnología?
SD: Por un lado está bien que ellos aprendan, pero por otro lado algunos chicos la usan demasiado. A mí no me gusta. Y me da miedo a veces porque descubren muchas cosas sin que nosotros sepamos.

DP: ¿Qué otros cambios observa entre la actualidad y su infancia?
SD: Son más vagos ahora. Estudian, pero no quieren hacer nada más en la casa. Yo ayudaba mucho a mí mamá. A la mañana iba a la escuela y a la tarde, sin problemas, teníamos que ir a la chacra. Nosotros mismos ya les damos muchos gustos a ellos.

DP: No se ven muchas chacras en la comunidad.
SD: Antes cada familia tenía la suya. Plantábamos sandía o choclo y después compartíamos entre todos. Se intercambiaba. Y eso se perdió. Eso me da un poco de tristeza. Todo el mundo compartía. Mientras unos iban secando el maíz, otros recién lo iban cosechando y se lo iban pasando de a poquito.

DP: ¿Por qué cree que se fue perdiendo?
SD: Antes plantábamos para consumo propio y no para vender como ahora. Yo sigo teniendo gallinas y frutas.

"Es difícil cuando se van a estudiar a la ciudad. Me costó mucho cuando se fueron por primera vez. Yo nunca pensé que tenía
que ser así, pero no hay otra. Quedándose en la comunidad no van a aprender porque no hay colegio. Tienen que ir nomás".

DP: Es más fácil la vida ahora que antes, ¿verdad?
SD: Por eso seguramente también los chicos ya no necesitan ayudar ya. Porque encuentran fácil la comida, encuentran fácil la ropa. Parece que no tienen la necesidad de trabajar. Antes yo ayudaba a mí mamá porque sabíamos que si vendía algo, nosotros también obteníamos algo. 

DP: Y ahora casi todas las familias tienen lavarropas.
SD: Yo me fui durante muchos años a lavar ropa en el arroyo. Donde están las piedras hay un lugar playo para lavar. Es muy cansador el estar sentado y lavar. Con el lavarropas es más fácil. La tecnología ayuda.

DP: ¿Cómo comenzó a ser promotora de Salud?
SD: Tuve que hacer cursos en distintos pueblos a través del Ministerio para aprender a curar heridas, atender cuando uno está enfermo, vacunar o poner inyecciones.

DP: ¿Y por qué quiso ser promotora?
SD: Yo no quería. Me pidió el cacique. No me preguntó si me gustaría. Simplemente, cuando salió el programa de empleos, me dijo: “Te vamos a ayudar para que seas promotora”.

DP: ¿Por cumplir esta función le pagan?
SD: Antes cobrábamos cada seis meses. Ahora todos los meses.

DP: ¿Tiene que cumplir un horario?
SD: No, es todos los días y a cualquier hora. Si hay cosas para hacer, tenemos que trabajar por más que sea domingo.

DP: ¿Cuáles son las principales enfermedades que tienen los chicos?
SD: Gripe en invierno y diarreas en verano. Y dolor de oídos a causa del arroyo.

DP: ¿Cómo se cubren los medicamentos?
SD: Los remedios nos los da el Gobierno. Pero necesitamos más antifebriles y analgésicos. Gasas siempre faltan y de alcohol ahora sólo me queda un frasquito.

DP: ¿Cuál es el principal problema que tiene la comunidad?
SD: La movilidad (NdeR: la ciudad queda a 14 kilómetros y es camino es de tierra). Cuando hay enfermos o emergencias, por más que llamemos a la ambulancia del pueblo, no viene. Tenemos una movilidad exclusiva, pero sólo para traer a los médicos. Pero para venir a buscar a enfermos tienen que autorizarlo desde Posadas y eso tarda mucho. Por suerte, hasta el momento, no ocurrió nada grave.


"Los chicos no necesitan ayudar ya. Porque encuentran fácil la comida, encuentran fácil la ropa. Parece que no tienen la
necesidad de trabajar. Antes yo ayudaba a mi mamá porque sabíamos que si vendía algo, nosotros también obteníamos algo".






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